No ficción

La pena de muerte siempre generará debate, sobre su eficacia, su validez y si tenemos el derecho a aplicar. Estos cinco libros abren más la discusión, y profundizan en los detalles que frecuentemente no se ven.

¿Podemos quitarle la vida a otra persona? Al principio, la respuesta parece ser no. Hasta que se habla de la pena de muerte. Ahí, los puntos de vista blanco y negro se convierten en grises. ¿Un asesino merece morir? ¿Con ser victimario deja de ser víctima? Y, tal vez, la pregunta más importante, ¿sirve de algo?

La pena capital ha fascinado al mundo durante años. Pero no es solo tirar del gatillo, o inyectar veneno, sino un paso a paso: pequeños fenómenos sociales, económicos y políticos, que merecen traerse a la luz. Cada caso cuenta con sus características que lo determinan, para bien o para mal, como único.

No es fácil tratar el tema, pero esta complejidad hace que, más bien, sea necesario escribir sobre la pena de muerte. Para aquellos periodistas y escritores que quieran adentrarse en este tema que nunca perderá vigencia, estos son cinco libros de lectura obligatoria.

A sangre fría, Truman Capote

Una de las obras que rescata estos detalles para construir toda la historia es A sangre fría, de Truman Capote. Se considera, junto a autores como Didion, Walsh y Wolfe, entre otros, como uno de los pilares del nuevo periodismo y religiosamente se promueve en clases de periodismo.

Pero la obra tiene una gran debilidad: Capote no logró mantener la distancia entre él y los entrevistados, específicamente uno de los asesinos, Perry. Los críticos de la obra afirman que el autor suaviza las atrocidades que cometió, y resalta los aspectos humanos y sentimentales de los dos asesinos.

A pesar de las críticas, es un libro obligatorio. El desenlace se conoce, pero el viaje a él no. Capote logra agarrarse del morbo del lector y no lo deja librarse de los detalles, por tan macabros que sean. El valor de cada página está en cómo el autor crea ambientes, tensiones, sentimientos, a pura entrevista y observación.

Pero el punto más fuerte son los personajes. Son humanos, a veces más de lo que el lector quisiera. Son personas que nacieron, fueron niños, tuvieron miedos y sueños, lloraron y causaron lágrimas. Mataron y murieron. Cuánto de su vida es fabricado, no sabemos. Capote nos hace dudar, y así nos preguntamos ¿merecían morir? La respuesta la tendrá cada lector.

La canción del verdugo, Norman Mailer

Casi veinte años de lo retratado en la obra de Capote, Gary Gilmore asesinó a dos hombres en Utah, Estados Unidos. Las muertes sacudieron al mundo por su frialdad y porque Gary Gilmore quería que lo ejecutaran.

La canción del verdugo narra no sólo la vida de cada una de las personas involucradas, que son más de las que pensamos, sino que explica cómo la muerte del asesino las impacta, tal vez más que la misma muerte de las víctimas. Los antagonistas no son quiénes creemos: los abogados pelean no por, o en contra de, Gilmore, sino lo que él representa. Los periodistas sacan a relucir su deseo de una historia, sin importar las consecuencias y en el medio, las familias de las víctimas se pierden.

El trabajo de Mailer—que sí ganó un Pulitzer, a diferencia de Capote, hecho que frustró al escritor durante años—se basa mayoritariamente en la transcripción directa de entrevistas. Aquí es donde salta la crítica: ¿Es esto escribir?

Para muchos, puede ser que no. Pero, a través de esta técnica, Mailer logró, con mucha eficiencia, presentar todos los aspectos para el debate sobre la pena de muerte. Gilmore logró su cometido y murió, pero fue una muerte que conllevó celebración y lágrimas y, a cuestionarnos, si todo valió la pena.

Mujer en punto cero, Nawal El Saadawi

 

Esta obra nos saca de nuestro mundo y nos lleva Egipto, a un juicio injusto, a la muerte no de un hombre, sino de Firdaus: una mujer valiente, determinada y asesina. Pero, ¿por qué mató? Porque no tenía opción.

La autora no es periodista, sino una psiquiatra obsesionada con Firdaus, una mujer condenada a pena de muerte. Presiona hasta conseguir una historia desgarradora, que muestra el mundo de abuso, de machismo y de violencia que la acompañó desde que nació, hasta su muerte aunque algunos críticos afirman que, en el día de su ejecución, ella estaba en paz. Nunca se sabrá.

La narración es directa, Saadawi no interfiere, y con esto podemos adentrarnos un poco a la vida de Firdaus, a lo que sintió. Que es clave para comprender cómo llegó a recibir la sentencia de muerte en la horca.

Aunque el abuso y los ambientes violentos están presentes en los dos libros anteriores, en la obra de Saadawi, se evidencia que Firdaus vivió bajo un yugo opresor únicamente por ser mujer. El abuso vino desde todo ámbito: social, económico, político, hasta familiar. Al fin y al cabo, Mujer en punto cero solo puede concluir con la muerte, sea lenta o rápida, de las mujeres en una sociedad que no las deja vivir.

Dead man walking, Helen Prejean

 

¿Es posible arrepentirse? ¿Verdaderamente arrepentirse? En una línea paralela, hasta se podría plantear la eficacia del arrepentimiento de igual manera que se plantea con la pena de muerte. En este libro detallado, escrito de manera concisa y eficiente, la Hermana Helen Prejean, nativa de Nueva Orleans, cuenta su experiencia como guía espiritual de Robert Lee Willie un asesino y violador, condenado a la pena de muerte.

Prejean no exime detalles al tratar el tema de actuar como guía espiritual para alguien que cometió crímenes atroces. Se adentra en los procesos legales que buscan pero no logran detener la ejecución. Pero, conforme inyectan a Willie, ante los ojos del papá de una de las víctimas, Prejean es testigo de la muerte y reafirma lo que siempre ha creído: la pena de muerte es inútil.

Además de presentar evidencia sólida para su punto, la autora describe cómo acompañar a alguien que se enfrenta a la pena de muerte es esencial para la salud emocional. La figura casi maternal de Prejean es esencial para contar la transición de Willie, de negar los asesinatos, e inclusive burlarse de la situación, hasta admitir la culpa.

A diferencia de los libros arriba mencionados, se nota de manera positiva y constructiva, la fuerte influencia espiritual de Prejean. La escritura es ágil y nos da una pizca, breve, de un lado humano que muchos rehusábamos ver.

Triple tragedia en Alcolu, Kendall Bell

 

George Stinney Jr. era tan pequeño que le pusieron libros debajo para que cupiera en la silla eléctrica. El veredicto había sido contundente: culpable por el asesinato de dos niñas, en el estado de Carolina del Sur. El juicio duró 10 minutos y el jurado era de sólo hombres blancos. George Stinney Jr. tenía 14 años y es la persona más joven en ser ejecutada en Estados Unidos después de seguir un proceso legal.

Pero en el 2014, una investigación encontró que Stinney Jr. no había recibido un juicio justo, y su convicción fue declarada fuera de lugar. La evidencia que se colocó sobre una mesa imaginaria, décadas después, inclusive planteaba que él no cometió el crimen.

La obra más reciente de todas, publicada en el 2020, es una descripción detallada de todos los hechos alrededor de este caso. Mucho de la evidencia se ha perdido, y aún así, se logra ver que no todo fue como se dijo. Kendall Bell hace una excelente labor en separar los hechos de la ficción, en uno de los casos más extraños de la historia judicial de Estados Unidos.

Eso sí, el autor no llega a una conclusión, sino que permite que los lectores lleguen a ella por sí mismos; la verdadera firma de una excelente labor.

Menú