Un grupo de adolescentes llega todos los días a una estación de radio. Ya conocen a todo el mundo, saludan a la secretaria de nombre y, a veces, pasan a Burger King y le compran una hamburguesa. El programador de la radio nunca los ha querido recibir hasta que un día, harto y enojado, baja y les pregunta: ¿Qué es la vara? Ellos le enseñan primer CD grabado en Costa Rica.
Federico Dörries, Fico, se sienta frente a la pantalla de su computadora y enseña el estudio de grabación detrás suyo. Pequeño, ordenado, y lleno de instrumentos. En las paredes, cuelga parte de su pasado, y presente, musical. Entre los afiches, se encuentra uno de un disco llamado Hombre Azul, el primer CD de Costa Rica.
La historia de cómo nació este disco es un testimonio a cómo se hacía las cosas en aquel entonces, cuando el ámbito músical de Costa Rica era límitado, y la idea de firmar con grandes casas disqueras no era más que un sueño de una adolescencia ambiciosa. Como miembro fundador del grupo de rock El Parque, Fico no sólo fue de los pilares de su género, sino de la música costarricense en general.
“El Parque fue muy grande. Cuando nosotros pegamos, nadie le daba ni un cinco a la música nacional. Ahora hay varios grupos que la pegaron. Pero en ese entonces, el grupo más escuchado era Liverpool, un grupo de covers, y el segundo era Marfil.”
“Nosotros generamos, de la nada, con este primer disco, un pequeño clan que comenzó a crecer, crecer y crecer, hasta que firmamos con Sony Music, nos lanzaron en Centroamérica, fuimos a México. Agarramos la coleta de las disqueras que estaban invirtiendo dinero para ganar dinero.”
Era otra época. El calibre de El Parque fue tal que tenían conciertos varias veces a la semana. Llegaron a mover $30 000 al mes. Salir en el periódico era pan de cada día: La Nación, Al día, La República, La Extra, etc. Fueron tiempos muy intensos, que comenzaron con un disco, Hombre azul.
“Son pasos, ¿verdad? Primero viene el grupo. El Parque empezó en el 93; yo empecé a tocar con Inti, el guitarrista, en el 92. Estaba en el cole, todavía”, Fico se graduó en el 93 y Hombre azul, salió en el 95. “Yo lo grabé con 18 años. Estábamos muy carajillos.”
“Yo conocí a Inti porque, en el 91, 92, mi profesor era Javier Chávez, que era el baterista de Café con Leche. Javier tenía una novia que era la hermana de Inti y yo le dije que quería tocar en un grupo. El mae me dijo que el hermanillo de la novia tocaba guitarra, nos presentó y así empezamos a montar el grupo.”
Pero tenían que buscar gente, por lo que Fico mencionó que en el barrio hay unos compas que tocan también. A través de compas del barrio Montelimar y el gusto por andar en patineta, Fico e Inti se unieron a Jorge Morales y Luis Fernando Wash Ruiz, para crear la primera iteración del grupo. Morales era el bajista, Wash el cantante, Inti en la guitarra y Fico en la batería.
Comenzaron con covers de los que les gustaba en la época—Nirvana, Pearl Jam—y tocaban en sus casas. Tuvieron millones de nombres. El primer chivo fue en Desamparados, en un difundo restaurante llamado La Hamburguesa Cervecera. Fue una vara de carajillos.
“Pero Inti y yo hicimos un par de piezas originales. Creo que las primeras fueron una que se llama Quiénes vendrán y quiénes irán, que es mía, y Fuego que es de Inti. Lentamente, quisimos hacer más música original, Inti y yo, antes de pensar en el disco. Pero ellos no querían y tenía sentido. Nadie en Costa Rica tocaba música original, en ese momento.”
“Un grupo como Café con Leche que venía de los 80s de sacar discos LPs con Sony Music, se echaban covers, se echaban Smells like teen spirit. José (Capmany) ni se sabía la letra, porreaba la pieza y empezaba ahí a cantar cualquier vara, pero es que, si no, no lo lograban. Todo el mundo estaba con la vara de los covers.”
Dado los nortes diferentes, Fico e Inti se separaron. De ahí, Fico contactó al bajista Camilo Páez que tocaba en un grupo que llamaba Flores Muertas y no estaba disponible. Pero, de esa reunión, llegó al contacto de Bernardo Churro Trejos. Fico y Churro acordaron reunirse. Cuando llegó, Churro llegó con un amigo, Jaguar, que sería el cantante de Un Rojo. Su amigo era meramente un aspecto de seguridad. Justo antes de reunirse con Fico, Churro llamó a Jaguar.
“Mae, Jaguar ¿usted me acompaña?, es que creo que estos maes me quieren asaltar”.
No hubo asalto. Churro quedó como bajista y luego se unió Paul Jiménez, un conocido de Inti; esta era la alineación de ese primer disco. Ya definidos, tomaron la decisión de solo hacer música original. La primera pieza que montaron, entre los cuatro, se llamó El Parque, y de ahí nació el nombre oficial de la banda.
En el 94, al entrar a la etapa universitaria, El Parque comenzó a moverse dentro del ámbito de la Universidad de Costa Rica. De ahí, establecieron contacto con Radio U, la estación de radio universitaria que tenía un estudio y nunca lo usaba.
“El mae que grababa se llamaba Boris, todavía no estaba Leo León que fue el que después se encargó de grabar un pichazo de varas en Radio U. Logramos grabar un demo de una pieza que se llama La clave de tu olvido que viene en ese primer disco.”
Con el demo, contenido en un primitivo cartucho, en mano, la banda fue lentamente metiéndose en algunos programas de radio. Una de las cuales fue la estación 102.7 Radio Uno.
“El dueño, que no me acuerdo como se llama, pero le decían Banano, ese era el apodo. Él le había dicho a la gente que no ponía música nacional en la radio. Así, listo.”
Pero, aún frente a la adversidad de las estaciones de radio, el grupo no se rendía. Fico se reconoce como más del lado de la composición, mientras que considera a Inti fue más de la parte de empujar al grupo, con sus ideas impulsivas. Era frecuente su filosofía de: mae, mandemos un comunicado de prensa con lo que vamos a hacer y después vemos como lo hacemos.
Una de esas tales ideas fue vamos a grabar un disco. Pero, para grabar un disco, en ese entonces, eran miles de dólares y ellos tenían 17, 18, 19 años y no tenían plata. No importaba, esa filosofía había servido en el pasado.
“Había servido para que grabáramos ya algo en serio, luego que grabáramos un disco. Ya teníamos 13 piezas listas, ya estábamos tocando todo un año,” la presión era cada vez mayor. “Inti comenzó a decir hagamos un disco.”
“Ok, vamos a hacer un disco”. ¿Cómo se hace un disco?
“Primero hay que grabarlo. Fuimos a pedir cotizaciones y, claro, miles de dólares por unas grabaciones y nosotros no teníamos plata. Entonces, me acuerdo, hicimos una reunión con Ricardo Nieto, un guitarrista que en esa época estaba en Café con Leche.”
“En esa época, el mae lo que quería era montar un estudio propio. El problema del mae era que no tenía estudio y no había grabado nada todavía. Lo cual puede ser horrible, pero era perfecto para nosotros. Porque el presupuesto era de 500 dólares.
La banda negoció de una manera muy clara, le dijeron: “mae, esto es lo que hay”. $500.
En Costa Rica no se hacían CDs. Se traían de Estados Unidos, o Europa. Antes de hacer el disco, sin embargo, había que hacer la grabación. El Parque no tenía dinero para una grabación, y Ricardo Nieto necesitaba grabar para que le entrara un poco de dinero. Fue una combinación perfecta.
Nieto aceptó. La pregunta que seguía era, ¿de dónde iban a sacar todo el equipo? Nieto tenía una grabadora que funcionaba con cinta de cassette, pero que podía grabar hasta ocho pistas. Si se usa para grabar, en vez de para escuchar música, esas ocho pistas se pueden usar para grabar diferentes instrumentos. Pero, no era fácil. Sólo tenían un par de micrófonos y no se podía editar el resultado final. Además, faltaba un detalle importante: los instrumentos.
“Vean, ustedes consiguen el resto del equipo,” les dijo Nieto. Era la condición para seguir adelante.
El ingenio de Inti salió a relucir de nuevo.
“A Inti se le ocurrió pedirle a don Hans Bansbach, (el dueño de la distribuidora de instrumentos musicales Juan Bansbach).”
La carta lee:
Estimado don Hans:
Me dirijo a usted en nombre del grupo El Parque(…)
(…) Tenemos la oportunidad de iniciar en los próximos días la grabación de nuestro primero disco compacto (…).
(…) hablamos sobre la posibilidad de que Yamaha pudiera aportar en consignación el equipo necesario para la grabación y así complementar nuestra labor de estudio de El Parque mencione en su disco a J. Bansbach Instrumentos Musicales, y Yamaha (…).
“Sí, está bien, ¿qué necesitan?” Bansbach les respondió. Fico e Inti pidieron alrededor de $15 000 dólares en equipo. Mientras un cuarteto de adolescentes, el mayor con 18 años, firmaban la salida del equipo, el persona de la tienda cuestionaba la sanidad mental de Hans Bansbach.
“Nos llevamos todo esto: efectos de compresión, reverb, micrófonos, una batería electrónica completa, todo eso nos lo dio Bansbach. Lo llevamos todo en taxi. Nadie tenía carro, ninguno de los cuatro tenía carro.” Fico asegura que devolvieron todo sin un rayón, y que la ayuda de Bansbach fue milagrosa.
“Entonces, se terminó la grabación, se hizo ya la mezcla y entonces este mae ya nos entregó un master, ese master viene en un tipo de cinta que se llama DAT, Digital Audio Tape, que todavía se usa para algunos masters, es en cinta, pero es digital.”
“Ya el master listo, todas las piezas mezcladas en estéreo, 13 piezas listas. Ahora había que hacer los discos. Ya habíamos pagado $500, no teníamos un cinco más, y había que fabricar el disco, el CD”.
En 1994, no había un lugar para hacer los CDs, no solo en Costa Rica sino que en Centroamérica y no había en Latinoamérica. Las opciones eran Estados Unidos, Europa, Japón o Canadá. La opción más barata fue Canadá, que haría 1000 discos por alrededor de $5000.
“Estábamos jodidos. Pero, a Inti se le ocurrió ir a una tienda que se llamaba Auco Disco. El dueño era Enrique Salgado. Salgado trajo a Héroes del Silencio y después a Deep Purple, el mae trajo un montón de cosas. Inti dijo: voy a ir donde este mae que lo conozco.”
Salgado tenía una distribuidora que se llamaba Distribuidora Urbana Disturbio y el acuerdo fue que él distribuiría los discos en tiendas más pequeñas. Los adolescentes se reunieron en la tienda y llevaron una copia quemada del máster.
“Mae, qué matiz. Está muy bueno, me cuadra mucho.” Dijo Salgado. “Qué loco que está esto. ¿Es de ustedes?”
Asintieron.
“Y, ¿por qué están aquí?”
“La vara es que ya tenemos la grabación, pero no tenemos plata para hacer el CD entonces queremos que usted lo pague”
Salgado dudó por un segundo. “Bueno, está bien”, y así le entregaron el máster, que luego Salgado envió a Canadá, en conjunto con las fotos que habían tomado, que fue todo un reto porque los agarró de sorpresa.
“Dijimos: ‘puta, hay que hacer fotos’. Inti tenía una amiga que era fotógrafa; nos dijo que le podíamos pagar después. Hicimos, medio improvisado, una sesión de fotos en Coronado. Ella tomó unas fotos en la iglesia (de la portada) y nos metimos en una casa abandonada, o algo así.”
“De repente teníamos en Costa Rica los CDs, entonces venía el último problema. Ya se había hecho la grabación, ya teníamos los CDs individuales, 1000 copias y las cajas. Hasta las fotos, pero había que hacer la diagramación y nadie tenía una compu con un software, en esa época, para poder hacer el diseño. Hablamos con Chalo Trejos que es el bajista ahora de Time’s Forgotten. Él trabajaba era diseñador gráfico y nos hizo el diseño. No nos cobró de momento; todo fue así. Lo que faltaba era el librito con la portada, y la parte de atrás, en papel.” La salvedad era que El Parque no tenía plata y Enrique Salgado no podía pagar más. Ahí entró de nuevo Inti.
“Todo era un tío no se qué. Inti tenía un montón de tíos, primos por todo lado. Por ejemplo, Andrés Calvo, fue el tercer cantante de El Parque, ese mae es primo de Inti, imagínese. Entonces Inti, otra vez, tenía un tío que tenía imprenta. Le explicamos la vara y le pedimos que nos diera fiado y nos dijo que sí. Hace poco la tuvo que cerrar, pero todos los discos de El Parque en físico, todos los afiches se hicieron en esa imprenta”
“Estaba súper emocionado porque, aunque fuera fiado, con todo el miedo del mundo, era la primera vez que el mae hacía un CD. Se hizo un tiraje y después en la casa todo el mundo engrapando y doblando, metiendo los libritos. Pero, al final, ya teníamos los 1000 discos.”
Lo que fue originalmente una inversión de $500, terminó rindiendo frutos. Eventualmente, le pagarían a todos los que fiaron sus trabajos. A través de conexiones, cartas, reuniones y muchos tíos, habían logrado hacer el primer CD de Costa Rica. Pero, costó convencer a la gente. La idea todavía no calaba.
“La gente no creía. Fuimos a un local que se llamaba Niko’s en Escazú, a pedir para tocar ahí y hacer la presentación del disco. Me acuerdo que fuimos con el disco. El manager era relativamente joven y se quedó viendo el disco y decía: ok, podemos hacer el concierto, pero este disco ¿de quién es?”
“Nuestro”.
“Sí, es de ustedes, pero ¿qué grupo es? ¿Es un grupo español o mexicano?”
“No, es nuestro grupo”.
Hubo una pausa.
“Mae, ¿en serio?”
Aquel manager incrédulo abrió el panfleto que habían hecho en casa y leyó los nombres. Al final decía: grabado en Costa Rica. Ahí, finalmente, creyó, y El Parque hizo, en ese local, la presentación del disco.
“Por cierto, el mae se robó unos discos que dejamos. Como 15 o 20, pero esa es otra historia”, recuerda Fico.
Además de encontrar un local para la presentación del disco, el grupo tenía que ir a las radios. Como punto de partida, estaba Radio U, ayudada por la antigua Semana U, en donde un concierto podía traer miles de personas. Pero, fuera del ámbito universitario, existía prácticamente sólo otra radio: Radio Uno.
“Lo otro era 103.1, que era muy fresa y el resto era muy ‘chiqui chiqui’, entonces Radio Uno era vital, aunque a Banano no le gustara la música nacional. Pero, yo conocía a un mae dentro de Radio Uno, Alejandro, Pepón, le decían. Yo lo conozco porque el mae patinaba, era de la época skater mía.”
Pepón era el programador de radio. Era clave hablar con él, entonces, determinados como siempre, y en dupla, como siempre, Inti y Fico fueron a la estación, y le pidieron a la secretaria hablar con Pepón.
“¿Para qué?”
“Es que tenemos este disco y queremos ver si lo puede programar, me imagino que así se hace esta cosa”. No se hace así, pero luego aprenderían que es más fácil a través de una disquera.
“Bueno, es que él está ocupado ahora.” Les contestó la secretaria.
“Está bien, lo esperamos.” Y ahí se quedaron hasta que cerraron. Pero volvieron al día siguiente, y el siguiente. Una semana entera. Conocían a todo el mundo y, ocasionalmente, pasaban a Burger King para traerle comida a la secretaria. Hasta que un día, bajó el programador.
“¿Qué putas? ¿Qué putas quieren, mae?”
“Darle esto. Este es nuestro disco”, le enseñaron Hombre Azul.
“¿Cómo, de ustedes? ¿Qué es esto?” Le explicaron. “¿Cómo? ¿En CD?”
Sí, en CD. El Parque había grabado un CD en Costa Rica. Aunque, ha habido discusión con respecto a un disco de Café con Leche, Un día cualquiera. Si bien es cierto, Sony Music lanzó una versión en CD, originalmente se lanzó en LP y Cassette.
“Jueputa, ¿cómo hicieron esta vara?” Y ahí le explicaron. La historia y el disco fueron lo suficientemente atractivos para que considerara introducirlo en programación para ver qué pasa.
“Primero, entró en un programa de música alternativa y lo metió en unas entrevistas con Vivian Hütt, una presentadora de la época. La primera fue La clave de tu olvido que ya lo habíamos tirado y después funcionó Déjalo ir que fue realmente el primer sencillo de ese disco. Déjalo ir entró en programación y lo que hicimos fue tener a gente de la casa llamando cada 5 minutos, con diferences voces: ‘buenas, me puede poner la canción de El Parque’”.
“¿Cómo la gente te va a pedir tu pieza si no la ha escuchado?, ¿cómo la van a poner si no te la están pidiendo? Había que hacerlo.”
“Entonces, todos los amigos llamando para pedir. Nosotros haciendo voces y llamando veinte veces al día. Claro, la pieza entró en listas. Déjalo ir fue la primera entrar al Top de Radio Uno. Entró como de 17. De repente, estaba de 14, y luego estaba de 10. Ya entrar al top ten, y mae.” Pero, un día, la canción no salió en la posición 10. Tampoco estaba en la 9 ni en la 8. Fico llamó a la estación para hablar con el programador.
“Mae, ¿qué pasó con la pieza?”
“Banano la sacó de las listas. El dueño llegó aquí y dijo: quíteme esa mierda. Nada qué ver.”
“Pero, la están pidiendo. La gente la está pidiendo.”
No tuvo efecto, el jefe no quería la canción en las listas. Sin embargo, el DJ decidió ponerla de número siete. Banano lo despidió.
Pero el impulso de El Parque era mucho. Irónicamente, El Parque pegó su primer número 1 en otro país, con la canción Laura. El país vecino también los vería aventurarse en una gira el grupo Los Rabanes, lo que estableció una relación entre ambas bandas. Con el pasar del tiempo, Paul se salió: tuvo que escoger. Había sido el campeón nacional de Taekwondo y tenía las miras en las olimpiadas del 2000. Terminaría con una fractura antes de poder participar. Lo reemplazó Luis Arenas, para marcar, en las palabras de Fico, otra etapa de El Parque, etapa que no contó con la misma experimentación y aventura de ese primer disco.
“Yo me acuerdo de unos chivos que hicimos, al principio, al lado del bar Sand, en San Pedro. Hace tiempo, ahí había una pizzería, que se llamaba creo que Valerio’s. Ahí estábamos ahí comiendo, era un lugar enorme y estaba vacío. Le dijimos al roco de ahí, ‘mae, no le está yendo muy bien con las pizzas. Es que acabamos de sacar este disco.”
El Parque eventualmente hizo alrededor de cinco conciertos ahí, con tarima grande, y promedió 500 personas. Fue sólo un resultado más de la imaginación de aquellos adolescentes que se quedaban horas de horas en la estación de radio, y no tenían miedo de decir: “mae ¿me podés ayudar?”
“¿Por qué?”.
“¿Porque soy buena gente?”