Ficción

Leés que lo que está pasando es similar a cuando los animales se mutilan por estar en encierro. Ves un video de un loro que se arranca las plumas porque no puede volar. Las plumas vuelven a crecer, y se las vuelve a arrancar, y vuelven a crecer. Conductas autodestructivas, le dicen.

Cerrás la computadora y ves las cuatro paredes del apartamento, como lo hacés todos los días. A veces, enfermarte no suena tan mal. Así podés salir. Pero, la única manera es que él te contagie. O vos a él.

El dispensador de jabón está vacío, pero igual lo presionás una y otra, y otra vez. Preferís que te salga una ampolla a entrar al baño, mientras está él. Lleva mucho tiempo adentro. Escuchás el secador de pelo, ¿cuándo fue la última vez que lo viste arreglarse?

Últimamente, se encierra ahí todos los días, se viste, se peina, se pone más guapo. Para quedarse encerrado. Con vos.

Finalmente, el dispensador escupe un poco de jabón, lo suficiente para generar espuma y darte la ilusión de que tus manos están más limpias que antes, aunque no hayás salido en semanas. Cerrás el grifo. Reposás las manos en el fregadero y observás la cocina.

¿Hace cuánto no lo hacía, esto de ordenar y lavar los platos? Bueno, lo hizo. El grifo gotea. Eso sí no lo toca, no sabe cómo arreglarlo.

Todo está ordenado, como nunca lo ha estado. Dos vidas separadas, en un mismo lugar, y el camino entre ambas desempolvado porque nadie lo transita.

“¿Esto?”

“Tuyo.”

“¿Eso?”

“Mío.”

Llevás mucho tiempo decepcionada: la gran pelea. Vos tirás platos y él pone excusas. Vos llorás, de furia, frustración, tristeza, lo que sea. Se golpean y él finalmente lo acepta todo. Pero nada de esto pasó. Nada. Todo fue pacífico.

Más bien te diste cuenta de que no había nada. No había amor, ni pasión. Ni odio, ni resentimiento. Una noche lo viste, idiotizado en el celular, y hablaste, luego de mucho silencio. Esto ya fue, y él sólo asintió. Maricón ese. Si vos no hubieras hablado. Pero lo que siguió fue una avalancha; hasta consiguió a la abogada.

No te querés imaginar lo qué hace, todo ese tiempo que está en el baño. Pero luego te acordás; vos también te encerrás. Llenás la tina, el agua casi hierve. El vapor se infiltra en tus pulmones y te sofoca, te encanta. Ahí, te masturbás mientras soñás de escaparte de este encierro. Mientras él, afuera, también se pregunta porqué durás tanto.

Y si le decís, ¿qué importa?

Si todo está dividido, como si fueran niños, una línea en el suelo, esto es tuyo, eso es mío. Hay fronteras en todo el apartamento. Vos tenés la olla arrocera en el suelo, él puso el tostador encima del televisor. En la refrigeradora, una línea de cinta adhesiva perfectamente puesta en el medio separa tu queso del suyo. La ironía de toda esta mierda es que el apartamento nunca ha estado tan ordenado.

Aunque, al principio te pareció una estupidez. Pero, también te había parecido estúpido no poder trabajar las diferencias, y que esto terminara.

Apaga el secador de pelo y sale del baño. Tal vez fue desde esa última videollamada con la abogada. Sí, tal vez ahí lo viste más arreglado. Los papeles por correo, qué estupidez. Ni se sentó a firmarlos con vos; esperó a que te fueras a dormir. Sale del cuarto y te sonríe.

No te ha sonreído en mucho tiempo, se ve diferente. Asusta.

“Voy al supermercado, ¿querés algo?” te dice y vos te levantás a agarrar la billetera, pero te detiene. “Tranquila, yo pago.”

Le agradecés. Cierra la puerta y se va. Vos te quedás ahí, encerrada, asustada. ¿Hace cuánto no te dice eso? No te acordás. Tal vez, esta vez sí se enferme y no vuelva. Milagrosamente, colapse en la acera o algo así. O, tal vez, regrese y tengan que separar todo, como siempre lo hacen. Tu jamón, el de él. Tu mostaza, su mayonesa.

Inhalás. No importa. Entrás al baño y te ves en el espejo. Vos no te arrancás el pelo.

 

 

 

Semblanza:

Escritor, periodista e ingeniero. Sus géneros favoritos son la no-ficción, la novela histórica y el cuento. Le da miedo que la literatura vaya a desaparecer por Tik Tok. Publicó el libro de cuentos La reina Vishpla (2017) y trabaja en su primer libro de periodismo narrativo.

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